(25 + 1) sumar tiempo es sumar memoria
El género documental recupera en su fundamento los relatos de vida, el testimonio puro de protagonistas que develan las historias, la vida y la memoria. Unidas en un punto, todas las historias tienen semejanzas que las universalizan, pero son particulares, son mundos, la propiedad privada de los seres humanos que viven y se transforman, y a veces vuelven con la necesidad contarlo y volver a vivirlo en el relato.
Los procesos de realización documental nos acerca la historia en forma directa, en un feed back permanente donde los grupos se funden en uno y el relato surge en forma espontánea. La profundidad tiene que ver con el clima creado, con el vínculo creciente. Sin no hay confianza, no hay relato, si no hay tiempo, no hay historias.
Sobre esta idea de documental se armó la producción de 25 + 1 sumar tiempo es sumar memoria realizado en el marco del proyecto "El rol de la comunicación y narración oral en la construcción de procesos socio-históricos, visto a través de la política educativa en la enseñanza escolarizada, en un caso de historia reciente: Malvinas" y que recupera el presente de los veteranos de guerra de Comodoro Rivadavia, como resultado propio e inmediato de ser ex combatiente del conflicto del Atlántico Sur en 1982.
Malvinas se presenta como un camino de ida, que comenzó a fines de marzo del 82'. Un camino que implicó un cambio, como el más transformador de los viajes, y no tan programado. Llegar a las islas, a la tierra del conflicto donde el viaje se hizo carne y lucha, por dentro y por fuera.
Pero también Malvinas fue un camino de vuelta, de regreso, de silencio y reflexión. De homenaje y abandono.
Y así es como muchos ven en Malvinas, ese viaje que todavía sigue en la vida de los ex combatientes, y también en sus familias. Ellos hablan de la historia viva, de los nuevos caminos, de los encuentros, y por sobre todo, de los que se quedaron.
No todos vivieron la guerra de la misma manera, y no todos hablan de la guerra, a veces el silencio dice aun más. El primer contacto fue el Centro de Veteranos de Guerra en vísperas de los preparativos del acto por los 25 años, y fue ese el momento de inicio, de presentaciones, de charlas sin límite, de anécdotas y mate incluído.
Dentro de los ejes temáticos del documental está el Centro de Veteranos de Comodoro Rivadavia, su función social tanto para los ex soldados como para la comunidad. El centro tiene como objetivo principal la contención del ex combatiente, en un espacio propio de memoria constante y e intercambio. Hablar de la guerra también implica hacer una retrospectiva de 26 años, y así los relatos de vida abordan desde la noticia de ir a Malvinas, el viaje, la llegada, los bombardeos, los días en las islas, los excesos por parte de las fuerzas y el regreso. También se recuerda al soldado Mario Almonacid de Comodoro Rivadavia, primer soldado caído en el conflicto.
La historia es reciente, y la lucha constante. El lenguaje reflexivo del veterano recorre diferentes momentos, los pozos de zorro, la escasez de comida, el pie de trinchera, el cielo iluminado y el periodo del 82 al 91 como el más abandónico y difícil de sobrevivir.
Jorge Palacios es el presidente del Centro, y uno de los fundadores, a él no le cuesta hablar de Malvinas, lo hace en cada oportunidad que se le presenta. Jorge es un narrador nato, su relato, sus gestos y expresiones así lo dicen. Es fácil emocionarse con él y también reírse. Entiende que Malvinas lo marcó, como a todos, y encontró en esa causa, su lucha. Habla de su familia numerosa "que está malvinizada", de sus días en las islas cuando le tocó estar sepultado en su trinchera por haber estallado una bomba muy cerca. También es muy crítico con el estado ausente durante la posguerra, un tiempo de extremo abandono, donde los suicidios duplicaron las bajas de la guerra.
José Luis Campillay nunca había hablado sobre sus días en Malvinas, y una noche nos contó en detalle la historia de su viaje. Él estuvo en el frente de batalla, vio caer a sus compañeros e intento rescatarlos, "los ingleses no hacían lo mismo", dice, también habla del cielo iluminado y parece que lo ve cuando lo cuenta.
Eudes García habla del Centro y del ser veterano, "para un veterano no hay mejor contención que otro veterano" asegura, tiene una mirada crítica sobre el Ejército y su accionar durante el conflicto. García también es uno de los fundadores del Centro y recupera cada una de las etapas de la lucha por los derechos de los ex combatientes hasta la actualidad.
Manuel Bórquez reflexiona sobre Malvinas hoy, y dice que debería formar parte de los planes de estudio en el sistema educativo, "solo se recuerda el 2 de abril, y después… nada". Manuel estuvo en el desembarco de las Georgias, era compañero de Mario Almonacid, y lo vio morir. Pertenecía a la Marina y cuenta sobre lo riguroso del ejercicio militar en esta Fuerza, las amenazas y el silencio obligado durante el regreso. Bórquez es hijo de padres chilenos, y relata sobre esa condición en esa época, en la cual estaba muy reciente el conflicto con Chile por el canal de Beagle.
Rafael Castro representa al adolescente de 18 años, que en el 82 estaba preocupado por los resultados del mundial de fútbol que se disputaba en España, incluso dice que cuando llegó a las islas pensó "se podrán ver los partidos acá", pero ese pensamiento le duró poco, "con el correr de los días en Malvinas sólo se pensaba en sobrevivir", asegura. Castro habla del frío y del hambre, y de un regreso sin gloria "a nosotros nos trajeron por la puerta del fondo, y eso es difícil de olvidar", sentencia.
Guillermo González estaba mirando un partido de fútbol que juegan los excombatientes en la liga de veteranos de Comodoro, recién llegado de Villa María, paraba en la casa de Jorge Palacios, así se sumó al documental, él habla sobre los vínculos y la unión que existe entre los excombatientes de todo el país, "Malvinas nos unirá por siempre", dice.
A Edulio Barría le cuesta hablar de la guerra, pero tiene muchas cosas para compartir, fotos, montones de cartas, artículos periodísticos, objetos y un diario personal que escribía todos los días en Malvinas, a cada pregunta siempre responde con una cita de su diario. Edulio no estuvo todo el tiempo que duró la guerra, regresó antes con un pronóstico de pie de trinchera, enfermedad muy común por la cantidad de agua que brotaba en los pozos de zorro, el frío y la humedad. Tiene cartas que recibía en Malvinas de muchos lugares, incluso cuenta que hace unos años se encontró con una chica que le había escrito, "ya era una mujer y maestra, tal como dice en la carta que mando en el 82". Su diario es su tesoro más preciado, en realidad el escribía en distintos papeles que encontraba y los guardaba entre sus ropas, "los traje escondidos en el cuerpo" dice, "y en el hospital los transcribí al cuaderno, los originales los tiré, y de eso me arrepiento", agrega.
En Comodoro Rivadavia siempre que se habla de Malvinas se recuerda a Mario Almonacid, el primer soldado caído en el conflicto, por eso entrevistamos a sus padres, Humberto Almonacid y María Vargas, ellos hablan del dolor y de la no superación de ese dolor.
También forman parte del documental los testimonios de Héctor Millamán y Luis Mansilla, ellos reivindican la causa y sostienen que son parte de la historia viva.
El documental tiene 60 minutos de duración y 12 horas de registro. En cada encuentro, las charlas siempre fueron fluídas, a veces se sumaban las esposas y los hijos que también comparten la historia como propia. Incluso se piensa en una segunda producción que integre estas voces, que cuente la historia de este lado del océano.
Los veteranos de Comodoro transitan las calles como héroes anónimos, con la guerra en su memoria, la historia a cuestas, la calidez de los relatos y la necesidad de ser contada. El mar nos une a Malvinas y quizá esta realización documental sea un puente que lo cruce y nos acerque.
Miguel Ángel Becerra
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